Reptiles: Juego y metabolismo
La capacidad de jugar (del mismo modo que la de soñar) está restringida a los grupos de animales más inteligentes. Aunque algunos invertebrados, como los insectos sociales, tienen capacidad de aprendizaje, nunca juegan. Tampoco lo hacen peces, anfibios ni la mayoría de los reptiles. Estos tienen un metabolismo lento, por lo que no pueden permitirse gastar mucha energía en conductas caprichosas, y además, en general, no son demasiado inteligentes. Pero recientemente se ha demostrado que las iguanas, que están entre los reptiles más activos y evolucionados, son capaces de jugar en cautividad con pelotas. El juego se diferencia de la mera exploración del entorno o de los objetos nuevos por su componente creativa. El animal trata de manipular el objeto o de realizar combinaciones nuevas de movimientos. Como dice el naturalista Edward O. Wilson en su obra Sociobiología: “cuando un animal juega se está preguntando qué puede hacer él con el objeto, en lugar de qué puede hacer el objeto”.